Nos pusimos en plan, hoy nos mezclamos y no vamos las Marys por una parte y los machos alfa, por otro. Total que me puse al lado del macho más alfa de los que pueda haber... Y le debió parecer algo incómodo o intimidatorio, yo qué sé... Y me suelta la perlita siguiente:
_ y ¿Qué vamos a hablar de trapitos, zapatos y lacitos para las niñas?_ En tono algo sarcástico.
_ Podemos hablar de lo que tú quieras, nunca me subestimes, por favor._ La mirada fue tan fulminante, y mi sonrisa tan natural como verdaderamente asqueada, que creo que no levantó la cabeza del plato en el resto de la comida.
¡Anda y se te atragante el postre!
Una pequeña muestra de los amigos y su concepto de mí. Me la sopla, y ultimamente, más. Ya no tengo ganas de ser más sociable de aquello que sobrepase lo correcto.
Pasando los 40 y tantos las cosas ya van sin filtros, si te cabreas, lo haces echando toda la carne en el asador (así me va) y si te alegras, pues también, hasta avergonzar a tus churumbelas.
Ayer tuve una conversación muy esclarecedora con antiguas compañeras del cole y una amiga que no lo es, que se quedó flipada de lo fenómenos que éramos.
Una de ellas decía_ Os juro que tengo lagunas mentales entre tal y tal etapa, no sé qué hice ni con quién,... Menos mal que me encaucé, sino hubiera acabado muy, pero que muy mal.
_ Tranquila que lagunas mentales tenemos todas, le decía yo.
Otra apaciguadora_ Bueeeenoooo, si yo te contara, ahora que lo pienso, no puedo. No me acuerdo de nada entre tal y tal fecha.
_ Doy fe de que no puede acordarse. Dije yo _ Yo tampoco, pero creía que era fruto de las pastis y la PV (Puta Vejez)
La amiga ajena a nuestros años escolares_ Yo tengo buena memoria, pero sólo me acuerdo de lo delgada que estaba, que me podía hinchar de lo que me diese la gana, beberme el mundo como una esponja, y estar como una diva al día siguiente. Si no daban garrafón, que me ponía como la del Exhorcista... Madre mía qué malitaaa!
Vamos, voy a aclarar que tomando agua no estaban cuando llegamos a su encuentro, y ya llevaban desde la comida así.
Con tiento, pero a gintonics y whiskises. Con tiento porque antes lo sudábamos en el garito que estuviésemos o lo consumíamos en las calorías para combatir el frío del botellón, los hielos no se derretían ni a tres. Ahora tenemos que esforzarnos por ir al gimnasio, bueno a quien le guste, como a mí, vale, pero me costó pillarle el punto, creo que ahora soy adicta, al menos a las clases de pilates. No puedo pasar una semana sin mis sesiones. Ahora que he estado un tiempo sin ir por "las maluras" y esas cosas que me han dejado flojita, flojita, pero de vagaaaa... Buffff. Pero ya por la salud mental de los que me rodean y propia, debo ir.
A quien no le guste, que ni se apunte, no hagáis el propósito o directamente que se vaya a bailes de salón, zumba o crossfit que engancha un montón. Empiezas ahí con la tontería y acabas hecha Hulk, de concurso de culturistas, pero nada fofa.
Con todo esto vengo a decir que lo que menos me apetece es hablar de mis hijas cuando salgo, porque voy a mentir fijo, que prefiero un Whisky solo, pero no sola, que soy más viciosa que una tomatera (eso lo dice mucho mi amiga Marta) y empezaría a beber en casa hasta acabar existencias... Borracha y yonki de benzodiazepinas, el peor de mis destinos deseados, nada recomendable. Acaba con tu vida y la de todos los que te rodean. Recordádmelo please, porque hay veces que me entran ganas.
Ahora nuestras conversaciones se centran en que estamos mucho mejor ahora, los últimos tratamientos, porque eso del agua y jabón no se lo traga ni Dios, es más antiguo que Alfonso XII, de los trabajos, y cómo manejamos ciertas situaciones un poco peliagudas, que te agudizan la memoria para conocer parentescos, poblaciones de vivienda habitual de clientela, y procurar no meter la pata hasta la rodilla, sabiendo un poco más sin llegar a ser cotilla, los viajes y festivales concierteros, ya sean tributo a... o el grupo, el de verdad, hecho una pasa, nuestras lecturas, la cinefilia o la serie del tío buenorro, que nos atrevemos a pronunciar sin pudor delante de nuestros maridos (ya os lo he dicho que nos da igual, y ellos saben que no vamos a pillar cacho ni de churro)
Por lo visto lo único que no engaña a la edad _Aprovecho para meter la cuña_ Son los ojos, la vista. Yo añadiría que el cuello también es un factor de vejez que hay que tener en cuenta. Y por supuesto que hay que cuidar mucho la cara, porque el culo nos lo ven en casa, pero la cara la enseñamos todo el rato.
De modo que señores ibéricos sean de la pata del Cid o la de Mahoma, aparte de ser bastante más resolutivas, llegar a todo lo que está en nuestras manos, trabajar como burras, que no digo que ustedes no lo hagan, y poder ser objeto decorativo..., además de muchas más cosas que a ustedes les cansan en menos de una hora. NUNCA SUBESTIMEN A UNA MUJER, menos a las que han sido capaces de llevar dos corazones en su cuerpo, las que no los han parido, las que no les dé la gana tenerlos por motivos varios en lo que no entro, el hecho de ser madre está muy sobrevalorado, os lo dice una que tiene tres, y claro que tienes que renunciar a muchas cosas, pero cuando lo decides, ya te has bebido, fumado y salido, todo lo que tenías o creías, que habías hecho.Tengo la suerte de que mi macho alfa es muy polifacético, si tiene que cocinar, cocina, ir a la compra se ha convertido en su tarea, como la de bañar a la criaturita, por mis problemas de espalda, es como una aspiradora andante. Todo geyperman, tiene su lado XY, más o menos desarrollado, la cuestión es dejar que lo hagan eficaz. Tó es ponerse. Insisto en la necesidad del balneario parejil que tan bien nos va a venir, pero visto lo visto, seguro que se ponen malas. No es negatividad, es realidad, es lo que hay y lo hemos asumido porque podría ser muuucho más complicado y peor, no nos quejamos. Hoy estoy de subidón y con la autoestima por la estratosfera, como se nota el puente y las siestas...
Pa ustedes la vida. Sean felices.
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Aquí mi geyperman de fiesta familiar con las nanas. |
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