Perdida.

Estoy de pila máster, me han quitado todas las preocupaciones de un plumazo. Más contenta oye... Ufff, y aliviada, un montón, como cunado se me cayó el móvil en el WC del bar, pues igualito. Porque mira si se te cae en el de casa, tiene un pase..., si te das prisa puede ser recuperable, tanto como tener más fe que el Alcoyano, pero que no decaiga... Y si se te cae en tu pis, pues es el tuyo, no el de vete tú a saber quién.  

A mí se me pierde todo, luego lo tengo delante de mis narices, pero no cuando lo necesito. Por ejemplo: El año pasado me compré unos zapatos, sensacionales (no lo eran, pero más o menos se ceñían a lo que buscaba, ya os digo, fe, y muuuuucho creer que lo haces bien, aunque lo hagas como el culo, lo importante es la actitud)
Los veía en su caja todos los días, cada vez que abría esa puerta del armario, en su caja nuevecita sin estrenar, como en una zapatería. Hasta que llegó el momento de ponérmelos. ¡Sorpresaaaa! No estaban.
¡Las niñas! No, no no..., ni de coña. Una tiene un 41, ese es un 38, la otra ni de churro, que le gusta abrazar suelos, y no conocía su existencia,  además de esmorrarse, tiene menos número...la pequeña, menos, y maridín, tampoco. No le gusta jugar con mi ropa, vamos es que le da alergia mi armario. Cómo será y cómo seré (algo de culpa debo tener)... Yo le cuelgo las camisas, los pantalones, le meto la ropa interior y los calcetines en sus cajones..., y todas esas cosas. Él, me lo deja todo doblado, como si fuera un dependiente del Corte Inglés, sobre la cama. Todo perfectito ahí encima. Como si hubiera un tigre dentro... Y no, es que veréis, el tigre está fuera, la menda... Si las camisas no están con las camisas, o los pantalones con los pantalones y así en general. Muerdo. Una es maja, pero tiene sus manías.
A lo que voy que me desvío, estaba con el misterio de los zapatos nuevos desaparecidos... Cambié el atuendo por el dichoso calzado, y a la semana, aparecieron. Buscando otra cosa estaría... Estas navidades, la misma historieta, cambio de última hora para la comida con los compañeros, sin encontrar los zapatos sin estrenar aún, pasado ya 1 año. Al día siguiente, delante de mí, donde los había guardado la última vez, aunque de mi memoria nunca me puedo fiar. Pero vamos que vacié el armario dichoso. Sigo teniendo unos zapatos por estrenar, eso quieras que no, hace ilusión.

La cuestión es que perdí la tarjeta de crédito, y llamé para bloquearla, pues las que más uso, me han bloqueado las 2. 
Si os tengo que decir la verdad, es bastante cómodo, pasan cosas como estas:
Me rechifla ese pantalón, voy a darle un tiento... compra on line, nada que hacer sin tarjeta...
_ ¡Mamáááá! Me voy al cine ¿Me das para la entrada?
_ Eso a tu padre hija, que estoy ahorrando.
Tengo que ir a la pelu, estas canas no son ni medio normal... Te jodes y ponte coleta hasta que lleguen las tarjetas.
Que diréis vosotras que vaya al banco... Ya estuve, ayer, pero es que vivo tan estupendamente con mi coleta, sin que las niñas pidan, en la más absoluta de las independencias económicas, he descubierto este yo roñica forzoso, que tiene su caducidad, obvio. Pero estoy tan feliz. Una cosa menos en la que pensar durante unos días.


Haceos un pamilavida en condiciones con lo ahorrado y sed felices.
Espero que el nuevo año sea como mínimo como el anterior, si es que ha sido bueno, y si no, que tengáis salud para vivirlo, sin más pretensiones. Soñar es gratis y los deseos se cumplen si uno lo sabe hacer bien.
Sed felices.