Estuve allí pocos meses después, cuando digo allí, me refiero a un viaje fuera, aprendiendo, y vaya si conocí el significado de "bleach", estropajo y paño en mano. Yendo y viniendo al super.
Ahora algo tan insignificante como esa palabra me recuerda dónde hice las prácticas y cuál es el libro de cada maestrillo...
Los niños tienen muchas formas de hacerte la vida fácil, pero también de complicártela, no es lo normal, pero siempre hay uno que destaca por ello. Bien por lo mucho que quiere llamar la atención negativamente, en términos más sencillos un pesado de primera categoría, se mete en todos los fregaos, si alguno tiene que protestar, él /ella secunda la huelga o al "sindicalista principal". Te encuentras una notita volando por los aires, así como una goma de borrar, y es el protagonista. Nunca quieres que falten a clase, eso supone retrasar las lecciones, pero si este muchachito/a le entrara un dolorcillo que no tuviera la más mínima importancia para su salud, unas simples fiebres de crecimiento, ese santo y bendito día, la clase va como la seda y te da tiempo a todo lo programado. Pero ¿Qué sería un aula sin el típico niño/a coñazo? Pues nada, un corral de ovejas, todas mirando y yendo para el mismo sitio. El problema no es el reto de enseñar con uno replicando y distrayendo a todo bicho viviente, está en cazar la gomita que va hacia el ojo de la que tiene las gafas, la punta del lápiz afilada como lo haría un castor hacia el brazo de la más quejica, interceptar a tiempo la notita del "poeta" enamoradizo, soltando lo mismo que le diría su padre al árbitro del partido de su hijo el viernes anterior, pero con intenciones casaderas o al menos de noviazgo serio, que va para la niña/o con menos malicia de toda la clase, y sabes que en un descuido es carne de cañón. El hecho de que te ridiculice a tí, maestra/o adulto/a, no tiene la menor importancia, bueno además de la falta de respeto a un mayor, sabes gestionar este tipo de "problemas", se supone, pero los iguales no tanto. Y llamas a los papás del rebelde wey... de "tales barros sacamos estos lodos", vamos que de casta le viene al galgo, o de tal palo tal astilla..., _ Mi hijo/a NO!!! Cómo se le ocurre! Ya le ha cogido manía, desde que era chico lo mismo y es que le han pegado mucho y yo ya me harté y le dije mira Joni/ Luna si es niño, una patá en los güevos y si es niña, le tiras del pelo! Qué ya está bien!
_ No se preocupe señora si el niño/a eso lo hace estupendamente, de hecho iba a decirle ahora mismo que lo llevaran al oculista, que parece que tuerce el ojo cuando mira a la pizarra, y además no arrea bien en cuestión de dar la patada en su sitio.
_ Ah! Pues muchas gracias! El caso es que se acerca mucho la libreta... Me responde pensativa. Luego ya viene la confesión, que me dan ganas de darle un papel en blanco y decirle:_ Escriba todo lo que sepa y fírmelo. Como en las pelis de criminales. _ Es que no puedo con él/ella, me da mucho castigo, es que es mu "desinquieto", ya lo he llevao al médico para que me le hagan las pruebas pa ver si es "imperativo". Le dan igual los castigos, lo que más le duele es el fútbol, pero como ya tengo pagao tol año, pues cómo no va a ir? (Si es niña, el móvil...) Bueno y así suma y sigue, que a la mañana siguiente viene más suave que un guante, le dices que se ha portado fenomenal, que todos lo han hecho genial, y es venirse arriba de una maneraaaaa...
Son ellos/as, los que te hacen recordar tus retos, los objetivos, los que marcan la diferencia, de los que aprendes, por los que te enfadas más, y a los que dices que sus compañeros no se merecen llevarse su regañina, así que en el recreo hablamos. Pero como la criaturita pierde el culo por irse a jugar te promete el oro y el moro, tú haces como que te lo crees, y das rienda suelta a su inquietud dejando que se vaya a desfogar un poco, siempre y cuando la falta no haya sido grave, sino la conversación se alarga y te hace compañía durante tooodooo el tiempo de "relax", ahí cerquita de ti, no se desvíe un centímetro.
Aún así, ver que avanzan, que aprenden, su curiosidad, todo lo que consiguen con su esfuerzo... es la gran recompensa al trabajo.
Pronto volveremos y veremos qué grupo me encuentro... Toda una incógnita, pero seguro que lo pasamos bien. Me encanta mi trabajo, pero hay días que necesito comprarme un vestido, unos zapatos o hacerme un pa mi la vida, porque me he ganado el sueldo.
Sed felices.
Lo peor son las ventanas... monumento a la distracción. |
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