Tan mayor que tengo la semana plagada de citas médicas, nada fuera de lo habitual, loquero, traumatólogo, gine y oculista.
Visto lo visto y las relaciones que mantengo con ellos, que me preguntan por la familia, yo les pregunto por la suya, qué tal tu casa, yo bien gracias, toma 120 pavos..., pues mirad ya tengo más amigos en el mundo sanitario, además del de cabecera, que es muy peculiar y particular.
Debo reconocer que conmigo se porta estupendamente, tan estupendamente, que la última vez que fui, en plena gastroenteritis, que me iba de varilla y, la febrícula justa, para sentirte como un trapo dentro de una secadora a 2500 revoluciones. En esos términos, no sé ni a qué vino que yo le contara que había estudiado en Córdoba,... carrera que se fue al traste, mejor no preguntar.
¿Para qué haría semejante comentario? Quería bajarme de la vida, allí mismo, pero con un rotulador para escribirme en el pecho NO RCP.

Resulta que conoció a una chica, se enrolló con ella una noche, y aquello parecía que iba a seguir para adelante, pero de la noche a la mañana dejó de llamarle, sin noticias de ella, nasti de plasti. A él le extrañaba porque creía que aquello era mutuo, pero la vida siguió.
Siguió con una prima que quiso joderle la vida, aunque luego le fue bien con su mujer..., todo hay que decirlo.
La jodía de la prima estaba loquita por sus güesos (si vieráis al doctor, no dudo que en sus años mozos tuviera su encanto, ha perdido con los años, la parálisis de un ojo y los abuelos en la puerta, lo que viene siendo la rebabilla blanca, esos pelos en las orejas que debe estar sordo, del mostacho que le sale, por favor que se los recorte!! No sé tendría su encanto, ya digo)

La muy puta se guardó que lo que le dijo es que le dejara vivir!
Al final ni con una ni con otra.
Al cabo de los años se encontraron, se saludaron cordialmente, con todo olvidado, y un buen recuerdo de una buena noche estudiantil, y salió el tema. Bueno, este hombre no tiene medida y, a lo mejor, algún pelo en la lengua, pero le da igual, y le preguntó porqué no había cogido sus llamadas, que en aquella época eran como las de las chicas del cable, casi con teleoperadoras (ya habrían pasado) la cola en la cabina te la tragabas sí o sí, para luego un NO, pues debe fastidiar un poquitín.
Ella le estuvo contando que SU PRIMA, le había dicho que él no quería nada con ella, que no le había pasado los mensajes que él le daba en unos papelillos doblados y resudaos, ni las llamadas, nada de nada.
Total que el hombre me decía, no sin algo de pena, que la que podía haber sido la mujer de su vida, se la fastidió la otra, empeñada en que iba a morir, si hiciera falta, por él. No la hizo, que se casó con otra mujer de su vida.
Y todo esto por una gastroenteritis, todo supernormal oye y sin darse importancia.
Así que cuando estoy malamente, historieta del abuelo cebolleta.
Es un buen tipo, cuando no me hace tanto caso, y quiere quedar en la piscina así como quien no quiere plan, pero me dice la hora y la calle en la que nada...
Estoy deseando ir al traumatólogo. A ver si este también tiene algo qué añadir. Me chifla ir de médicos, es un culebrón en vida, en mis propias carnes, me falta coger el pañuelo y darle la mano.
Que digo yo, que a partir de ahora los médicos los voy a buscar yo, que estos me los proporciona el que duerme a mi lado, y así me va.

Pa ellos la vida con lo que tiene que aguantar el servicio médico. Sed felices.
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