Energía 0, así pasa lo que pasa que acabo cagándola, pareciendo gelipoller. Luego viene la vergüenza, frustración,que da paso a la resucitación como persona y no como animal (esto último es cuestión de karma)

Viernes, nos levantamos, preparamos, salimos al trabajo, bla, bla, bla. Paso mejor a la hora de la salida, que me extiendo, lo que va en medio son cosas de todos los días.
Salgo del colegio y me voy directa a recoger a las niñas al suyo que está a 40 km, tengo que recogerlas a ellas y a dos más de mi amiga, pero si no son puntuales, no llego a por la otra que está en la come-guarde, tres llegan a tiempo, uno se queda en tierra, muy a mi pesar, pero su madre está de acuerdo con el tema. La próxima vez será más puntual. A eso de las 4 de la tarde... por fin comí.
Ojo, cuidao, que era black Friday y mi expectativas eran otras.
A las 17h teníamos cita con el curandero del pueblo donde trabajo, apodado el Dr Verrugas. Estaréis pensando que estoy majara, ¡Qué digo! lo daréis por hecho! Y allí estábamos a esa hora sin dormir siesta, que no soy nadie, comiendo brócoli por tercera vez en semana (los arbolitos verdes me salen por las orejas) en la puerta de aquella casa.
Una casa normal en un pueblo de Extremadura (hay casoplones preciosos y otros muy horteras, a gusto y poder adquisitivo del consumidor) esta, en concreto, muy normal.
Nos abrió la puerta una señora con su pelo de viernes, peluquería y cardado, y nos hace esperar en una salita de paso a otra estancia, aparece el chamán. Un hombrecito ya entrado en años, bajito, con unos ojos azules cansados de trabajar, con una cara de buena persona, que ya daba confianza, y empieza por la mayor de las dos
_ A vé, tú que es lo que tieneh... papilomah o verrugahh.
La niña le enseña las manos, sin mediar palabra _ Amo a veh...
Sin mirar la verruga de la palma de la mano, se la empieza a pellizcar de una forma circular, como si quisiera hacer pinza y darle vueltas y dice muy seguro_ Esta tiene mucho tiempo y le han echao algo pa quitala... La mihma raí ya me lo está diciendo_ dice con una sonrisa de sarcasmo...
_ Mire usted, la pediatra le mandó un líquido para quitarla.
_ Macag... está mu bien metía, y eh hembra... Ave lah otrah
Le indica dónde están, y el Dr Verrugas va haciendo la misma operación, para luego, ir bajando o subiendo, según se mire... hasta la muñeca, presionando y masajeando, con precisión, sin mirarlas, con cuidado de no hacerle daño. También tiene diagnóstico, una es más vieja, la otra tiene solo unos meses, es las más nueva. La niña flipando y yo alucinando, ella sólo abría cada vez más esos ojos verdes de gato que tiene, yo los míos de color coca-cola con un poco de hierbabuena... (¡Un Whisky-cola por favor! Me han dado ganas de decirlo... Pero no bebo y suena a muy borrachuza)
Hasta ahí todo muy normal (lo más normal, sí, sí...) nos da indicaciones: en caso de que sangre, en caso de que las tenga en otras partes del cuerpo, que si no los rezos no van a servir pa ná y a él le hacen porvo, no sé si por su reputación o por el esfuerzo en sí. Que cuando llegue a casa se mire si tiene en la caná, entre los pechoh, debajo de elloh y en lah asilah, y si no que se lo mire yo... Este hombre es un insensato. ¿Cómo voy a saber si tiene verrugas o no la criatura?
Con mi cara de exceptitud, me explica _ Mire uhté, me coge un dedo, si lo nota tó liso, eh que no hay ná, pero en cuanti que note un bultino de ná, eso ya eh verruga!
¡Vaya! Un pozo de sabuduría este señor, pero no estoy capacitada, mis dedos son como muñones y más los viernes, no tienen sensibilidad, que estoy muerta matá.
_ Teresita hija, deja que este señor te vea, si él ya está acostumbrado... Por favor.
Le suplico, por no llegar a casa y descubrir algo que me parezca un bultito. Le fastidia un poco, pero acaba cediendo, y con mucho decoro, le va palpando.

El tratamiento termina, ella escribiendo en un papel, en primer lugar, lo que padece: verruga o papiloma, el nº de ellas-os, su nombre de bautismo completo, no le vale un Mª Teresa, tiene que ser María Teresa, no es el caso, es solo Teresa, con su primer apellido y el lugar donde vive. Se vuelve para mirarlo, coge el bolígrafo y le hace una cruz. Ahora le dice:_ En cuanti que salgah po la puertah, que te s´olvide que tieneh verrugah, ni lah mireh, ni lah toqueh, ni ná ¿tú comprendeh? Como si no esihtieran, si te sale sangre porque te rozah te cais o argo...
Así hasta que le toca el turno a la pequeña.

La enana, tan contenta, pero con prisas. ya había hecho de Cenicienta, quitándose el zapato y calcetín, antes de que trajera dos sillas, porque no se podía hacer de otra manera.
Le coge el pie, le palpa mientras le habla como si fuera su abuelo, bastante mejor que su abuelo, perdón. No es que mi padre sea un ogro, ni mucho menos, pero un extraño siempre le hace más caso que él, y la muy ingrata (eso según mi madre) le adora...
La cría lleva pantalones pitillo y es difícil subirlos, , le digo que si se los quito, me dice hace un gesto de que no es necesario...
Ahora llega mi alucine total... de experiencia extrasensorial, en plan el niño de la peli del Sexto sentido _ A veces veo coooosasss... y tal.
Va subiendo las manos por la pierna de la niña, buscando algo, que no es el pantalón, que se ha quedado donde estaba. Y en un momento dado le dice a su hermana que le sujete los hombros, pero esto sin mediar palabra. Sólo con gestos... Teresa es muy intuitiva, pero ¡Taaantoooo! Llega a la ingle correspondiente al pie de los papilomas, y ahí la cara de Marta se retuerce y se hecha hacia atrás con todas sus fuerzas... Mientras su hermana la sujeta. Ël la tranquiliza_ Tate mu quietecita, que si te mueveh eh peó... si ya toy terminando, enga... uyyyy! que niña máh güenaaaa...
Y Martita va dejando de tener cara de estrangulada, va yendo hacia el pie, como bajando algo que tuviese dentro, sigue bajando, y la niña empieza a descojonarse. Cualquiera que conozca a mi hija, sabe que no es la alegría personificada, menos con extraños.
Llega al tobillo y otra vez la misma cara de dolor y ese echarse para atrás... _ Loh tá haciendo mu bien, tú tranquilita, ereh buenísimaaaa...

Le hace escribir en un papel, que él no toca mientras ella lo hace, lo mismo que a la hermana. Y nos cuenta que la raíz estaba muy arriba que llevaba mucho tiempo eso ahí. Si le llego a decir que casi un año... Y sin echarle cuentas. Pobre mía.
Tenía doce sillas como las dos que ha sacado, que son las dos últimas que le quedan. El resto se las han roto de los tirones que han pegado otros al sacar la raíz de lo que duele. Ahora me duele más a mí...
Más que no haber comprado nada en licencia poética, Mysulafish, ptcdec, barbarabui, o un vestido de novia con la espalda al aire, aunque ya tenga uno, solo para celebrarlo, o en bynine, cafunekids, kidchocolate, ochuss, babuskakids (estoy enamorada de un vestido de espigas para la niña y esas capas, por favor, son de morir...) Nueces..., para ella, más que nada por el suplicio.
Ya os contaré en qué termina el tratamiento, y si consigo llegar al Black Friday. Aún estoy en bucle con lo acontecido. No me hubiera imaginado que iría a algún curandero, pero oye mira, que si es eficaz, bendito sea el Dr Verrugas y todo lo que rece. Pa él la vida, que lleva haciendo esto desde los 11 añitos, además de muchas cosas más, que manos de médico no tenía el hombre, más bien de hortelano. Sed felices.
Esto es un Samanta Villar en toda regla.
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