Dar los buenos días a las compañeras ha sido eso, una fórmula, porque llovía con ganas, ha estado así hasta casi la salida del cole.
Pero el intervalo medio ha sido, además de un no parar y _Callad yaaaaa!
Bueno va, no me enrollo más, que esto se me va de las manos. El caso es que ha habido un pequeño percance a lo largo del recreo enclaustrado en el aula, una peleilla sin importancia, pero de las que hay que cortar de raíz, porque había mala idea en el asunto. Para no machacar demasiado al abusador y hacerle darse cuenta de lo malo, rollos de esos de psicología inversa... _ Fulanito con lo bueno que eres, con lo buena persona, lo bien que te portas con los compañeros, lo que les ayudas,... y el pequeño individuo mirándote con cara de, no voy a volver a hacerlo, cuando va la criatura y me suelta_ Seño, tú crees que soy buena persona, pero no lo soy, soy muy malo.
Mi cara congelada como la sangre. Lo ha dicho con tanta propiedad y sin un atisbo de duda, que después de todas las temporadas de Niños asesinos que me he tragado, no me he tirado al suelo pidiendo auxilio, porque iba a resultar muy dramaqueen, pero qué fuerte... Es que no os podéis imaginar la frialdad de una criatura tan pequeña pronunciando eso tan, tan..., no sé ni cómo llamarlo. Además, no en plan bebé, es que le ha cambiado hasta la mirada, o es que yo me he quedado bizca, que también. A partir de ahora, como en los institutos americanos, un control a la puerta del centro escolar para ver si los alumnos llevan armas letales.
Como no quiero quedarme con la sangre como el caldo que tengo en el congelador, he decidido pensar en cosas bonitas. Así por las buenas, en plan mindfullness, aplicando los cursos del centro de formación del profesorado, que para estas cosas no te forman... Sigo modo zen que entro en bucle negativo. Y hago una lista de cosas que me gustan o me encantan: Sin orden, ya las ordenaré en otra ocasión que me acaban de matar la media neurona con la declaración de maldad... Con la otra mitad pienso:
Anoche pude hablar con el que duerme a mi lado durante dos horas, eso es la peraaa! No hablo tanto tiempo con él en una semana entera, qué digo! EN UN MES! añadiendo las conversaciones telefónicas! Todo un logro y me gusta mucho.
Me gusta la gente inteligente y no prepotente. Me flipan, yo no soy capaz de procesar demasiada información y menos a ciertas horas del día, quiero decir, de la tarde. Ni si quiera disimulo que no me entero de ná. Mejor que el hablante se de por aludido de que la escuchante es un poco lerda, antes de que siga gastando energía. Es de muy mala edcación, pero tengo cerebro de corchopan si no duermo la siesta, es que soy muy española. Así que los admiro mucho, poder seguir una conversación sin que se te olvide la mitad y que además sea interesante... Es un Mastercard. No tiene precio.
Me gusta el silencio, creo que eso es una costumbre, mi padre no soportaba el ruido cuando estábamos todos en casa,creo que cinco niños y el silencio monacal que él pretendía, es algo que no marida.
Pero crea cierto apego por volumen bajo, al menos al hablar y con la tele. La música es otra historia.
Me encanta regalar, también que me regalen, pero soy una seta, los demás muestran mucho mejor sus sentimientos, sus caras, yo no sé hacerlo tan bien ni ensayando.
Desayunar croassants o churros, me pirran. Y no lo hacemos nunca... Comer croquetas de mi madre cogiéndolas con las manos, rebañar la sartén de la bechamel con cuchara de madera, tanto como pillar una patatilla frita de verdad.
Dormir la siesta es un placer, aunque luego me dé la sensación de que he perdido medio día. Porque las siestas sin pijama no son siestas, es descabezar.
Leer, aunque hasta que no me hagan las gafas nuevas, está siendo un poco desastre, estoy presbítica total, pero el libro que estoy leyendo... Me estoy riendo tanto, que me da igual quedarme un poco más ciega a cambio de unas risas. Algún día no es un día de la semana de Sol Aguirre. Vivo en un mundo paralelo, al de Sofía Miranda (la protagonista del libro) y sus amiguis , pero comparto sensaciones. Ya es mucho.
El olor a limpio, a bebé y tierra mojada, las tiendas bonitas con aire retro, las vespas, volar, un brilli brilli bien llevado, una peli chico chica, no de las de culto, de esas paso, un bikini (muero por un bikini bonito, claro que definir bonito depende de para quién)una cama king size, esto tiene dos lecturas, una es que me gustan las camas grandes, la otra es que significa que estoy en un hotel..., jjjiji
Parece que me estoy descongelando un poco y la sangre empieza a fluir, pensar en estas cosas parece que me está sentando bien. Tanto como escribirlo. Pa vosotros la vida y sed felices.
Nº3 está a punto de arrancarse un diente, pero no quiero que se haga daño. ¿Se ha notado mucho la huida?
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Hasta las pestañas se me congelaron... |
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