Volver a nuestra realidad con la banda sonora de lavadoras, secadoras sin parar, el parque, bendito parque porque lo tengo frente a casa y desfoga nº3 allí, mientras yo me aburro como una tortuga, hace buen tiempo y podemos salir, en ese impás de tiempo hago un estudio sociológico pormenorizado de todas las criaturitas y seres que las acompañan como zombies, interactuando con sus móviles, sin mirar a ninguno que tenga menos de 3 años, hasta que surge el llanto del que puede ser el tuyo, alzan las cabezas _No es mío, vale, no pasa nada... Vuelta al móvil. Las abuelas (terribles) que por sus nietos MA-TAN, y quitan del columpio porque se saltan la cola olímpicamente (es que son muy deportistas) o te van con el cuento de que ya lleva mucho tiempo la niña, 1 MINUTO, lo que ha tardado en sentarse e intentar darse impulso la niña. Que se baja sin rechistar ante esa mirada pérfida, bajo ese pelo cardado al estilo de los 80...
Zona tatis, hay de todo, las que miran y las que se fuman el cigarro allí mismo, al lado de la sillita. Tribus varias de otros especímenes, tortugas como yo, mirando al suyo, y a lo suyo... como bien se puede comprobar.
El padre medio guiri, que le habla a su niña en inglés, eso no es un problema, para nada, suerte que tiene la niñita de tirabuzones rubios, que no suelta palabra alguna ni en español ni en inglés, la cuestión es que este joven, tiene un volumen que me está ayudando bastante en mi meta al B2, estoy aprendiendo más inglés que en la academia. Supongo que le gusta compartir sus conocimientos angloparlantes con todos los ajenos.
Os aseguro que no pasa desapercibido. Un tío cachas, que yo pensé que era militar, por el tamaño de sus bíceps, y una camiseta verde al más puro estilo legionario, luego le cambié de profesión y decidí que le daba mucho al deporte, pero me extrañaba que tuviera algo que ver con personal trainer, a esas horas no están hablando en inglés a su niña en el parque. Hasta que una amiga me puso al corriente un día que no fui, y como es un pozo de sabiduría, me contó su vida. Resumo, profesor de instituto, hijo de americana y español, pero nada que ver con deporte o inglés, no recuerdo la asignatura a impartir. Con la pinta de marine que tiene el tío..., sorpresa total...
En fin, sacarme de la zona confort sin nada que tenga que ver con ir de compras, ha sido todo un adelanto. Una renovación de cuerpo y alma, una reconexión con la naturaleza, que tanto repelús me da (pero esto tiene un motivo, algunos tienen fobia a los saltamontes, a mí me da por los espacios abiertos, me consumen todo el oxígeno que hay en la biosfera)
Interactuar con las mierdas de vaca, sin querer que una no es gili, sacar a la niña del fango, saltarte una valla y una vez al otro lado, te das cuenta que la verja está sin el candado puesto, hemos hecho el canelo totalmente.
Esa dehesa, PATRIMONIO NUESTRO, del que depende tanta infraestructura, tantas familias, tantos trabajos, que está enferma y no hay manera de cortar el bicho, la espora o lo que que quiera que sea, que seguro que hay forma de curar la maldita llamada "la seca", que las deja sin vida, sin bellotas a los guarros, sin nuestros productos porcinos. La caza, el descaste anual por el que muchos pijos y no tan pijos, pasan meses esperando para ese chute de adrenalina, que no entiendo ni comparto. No es sólo el hecho de disparar, en las monterías se socializa, se hacen negocios, a todas las escalas y de todo tipo, se reúnen amigos, los que tienen realas hacen la temporada con sus canes, la carne se aprovecha, por fin, se come la carne de caza, menos negocio para el pollero, pero aquí el mercado es grande, no problem (Veis? Con el ironman del parque se aprende) y mucho más que no sé, supongo, sólo supongo, que a nivel ecológico-fauna y flora, tendrá su importancia, digo yooooo, que soy muy ajena a estas historias y saberes, que no soy el Espasa Calpe...
Pasar el tiempo charlando al calor de la candela, comer hasta decir basta que voy a reventar, un bombón aquí, un pastelito allá, y un michelín más para los restos, pero de estos que llevas con dignidad, y ¿Eso cómo es? Pues porque lo has hecho con gusto, saboreando el momento, el de comértelo despacito o rápido, pero sin compulsiones y compartiendo una charla. Con las niñas alrededor, escuchando sus músicas reaggetonas, risas, llantos, que también los ha habido, una se ha comido, literalmente, el pomo de una puerta, no sabemos cómo, pero no lo ha visto, la mía es que necesita ensanchar pulmones de vez en cuando así porque sí y otras veces le da abrazos al suelo... Pero no importa, cada uno comparte su espacio, y en la cercanía se gana, no les importa que estén sus padres allí, por el momento, no lo quiero escribir muy grande, todo se andará.
Una mesa repleta de gente disfrutona, con aplauso a la cocinera, alrededor de un cocido, que gusta a chicos y grandes.
No ha sido un fin de semana cualquiera, ni una familia cualquiera.
Por ser padres de quien somos, ellos deciden que si quieren pasar tiempo con sus hijas, nosotros, también tenemos abiertas las puertas de su casa, para poder estar con las nuestras y no perdernos más tiempo sin ellas.
Una familia, que comparte sin esperar nada a cambio, porque nunca va a poder ser correspondido, unicamente podemos ofrecerles lo que somos, y a lo mejor eso no les gusta... Pero que sientes que lo hacen de corazón, que te hacen sentir confortable, con conversación agradable, se habla de política y se respeta, supongo que será porque se comparten puntos de vista, y si no, no pasa nada, cada cual es muy libre. De la familia, de historietas y anécdotas de otros momentos, que parecen más chistes que sucesos.
De verdad que ha sido UN REGALAZO.
Ver, primero, a mi amiga Marta feliz... la que estaba reticente a venir, pues menos mal, ja mía, que poco más y no te arranco de allí. Maridín tuvo que esperar por temas de trabajo, la constitución es la española, no la de Portugal, donde él laborea, así que es difícil que compartamos fiestas y puentes, por no decir imposible. Pero desde el minuto 0 ya estaba disfrutando, muerto de sueño, pero disfrutando, luego por la noche me cantó el orfeón donostiarra, a base de lo que él llama respiración profunda.
Todo calma, noche sin luz, con alguna visita de una de las niñas, pero hasta eso se echa de menos cuando no están en casa.
Si tengo que ilustrar con alguna foto el tiempo que hemos pasado allí, sólo una me basta. La mesa del office, allí estaban los membrillos del huerto, las granadas que nos hemos comido de postre, la flor de Pascua, propia de estas fechas, los bancos corridos donde hemos cenado, desayunado juntos y por tandas. Ese comedor donde hemos comido el cocido juntos... Lejos de ser una naturaleza muerta, está muy viva!
Oh, oh, oh!... Ha sido mejor que sensacional, FABULOSO.
Pa vosotros la vida familia, que sois como sois, a la pata la llana, y habéis compartido esa porción de vuestra felicidad con nosotros. Mil gracias, por presentarnos a vuestros amigos, que nos han acogido como si nos conocieran ya.
Esto me da que pensar, aún hay buena gente por el mundo más cercano, aviva mi fe en las personas que me rodean.
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Risas, jaleo, confidencias, mejor que fabuloso. Ser genuino. |
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