Abracadabra...del porno a la docencia.

La semana pasada ha sido criminal, bueno criminalmente sin descanso, para ser sinceros.

He estado haciendo un curso de magia aplicada al aula, que me ha tenido ocupadilla, y muy divertida.

No soy especialmente seguidora de magos, ni me gustan los programas de la TV sobre magos, ni que me hagan trucos, sin embargo la magia en directo me encanta. Me parece alucinante, siempre y cuando no sea una patata. 
El resto de la familia se lo traga todo, es cosa de su padre. A maridín le chifla.


Si además le vemos la utilidad en el aula, es la caña, los tienes a todos metidos en la mano, pero hay que currárselo y creo que tener las manos boca (mentes calenturientas, olvidad los plátanos y centraos en un pañuelo) hábiles y un poquito grandes, para que cuanto más quepa mejor, aunque sigo pensando que TODO es cuestión de HABILIDAD y CONOCIMIENTO.

Trucos matemáticos, de sumas, restas, calendario, para mantener la atención, varitas mágicas que aparecen y desaparecen, historias para desarrollar su competencia lingüística, vencer la timidez a través de este talento, atraerles a una displina nueva... explicar física o química, la gravedad, la densidad... No son trucos es lógica, pero hay que conocerlos. Y a ello he ido, a que me enseñen.

Pues allí andábamos nosotros con el truco de la cuerda... cuando la compañera con la que iba echa una visual al personal, conocido de otros cursos o de otros coles en los que hemos trabajado... Y me dice_ Ostraaas!! Mira ese chaval... Es igualito que Nacho Vidal!



Ya perdimos el norte, todos los trucos matemáticos nos sumaban 69, cuando la suma final era 34... Y cachondeo general, porque nuestro maestro, supuesto actor porno, ya no estaba de incógnito, su parecido había salido de la chistera...

Y como somos de todo menos discretas, pues cada vez el rumor fue mayor, y las risas también, más que risas asombro. Menos mal que estábamos todos sentaicos, no quiero saber si alguien dirigió la vista al pantalón del muchachito, que por lo visto es un bendito.

Y en estas que empezamos con la parte práctica, y nos levantamos a probar a hacer los trucos..., ¿Qué hago? Pues hacerme una foto con él, que no voy a sacar porque es lugar no público y no tengo permiso, además no procede, debe tener intimidad... Me imagino a mí misma, y que alguien dijera que me parezco a María Lapiedra... Yo qué sé es que no conozco ninguna actriz del mundillo, pero esta creo que hizo sus pinitos. Lo que fuera por salir en la tele sí, de eso estoy segura, y unas imágenes con Dinio, al que le confundía la noche, en la playa..., también hubo. Buffff! Escalofríos me entran!

En plena sesión de fotos estábamos, no solo del maromo en cuestión, también del material que se usa. Ojo cuidao, que algo viene en el mítico Magia Borrás...
En esas estábamos, cuando se me acerca un profe de tecnología, muy delgadito, bajito..., bueno resumo, maridín diría que tenía pinta de seminarista. Se acerca y me dice por detrás _ Del porno a la docencia... Y los dos empezamos a reirnos y ahí se nos acabó el rollo porque el profe-mago, puso cara de os estáis pasando un güevo, el chico no tiene culpa de parecerse a...




Ya pasó la semana, pero no hay tiempo para relajarse, ya estamos en evaluaciones y en plena celebración de la Semana de Extremadura en el cole. Como siempre digo, no estamos picando en la mina, pero os aseguro que nos llevamos trabajo a casa, y en la escuela se trabaja, y la motivación en niños que reciben información constantemente por todos los poros de su piel, y que se asombran cada vez menos cualquier cosa que a nosotros nos parecía la caña de España, es muy difícil. 
Un truco, un cuento, una forma diferente de enseñar, puede despertar ese interés dormido. Pero hay que formarse para fomentar todo esto, y es genial tener las herramientas al alcance, aunque, a veces, salgan de nuestro bolsillo, como las monedas que hacemos desaparecer en sus orejas, pero esta vez no vuelven a aparecer.



De un curso que puede ser tedioso, nos lo montamos de pila máster para sacar punta al lápiz..., es que, al menos yo, cuando quiero soy una superalumna, pero cuando es que NO, soy la peor.

Pa los maestros magos la vida, todos los que innovan y hacen sus clases divertidas y jugosas. Se tendrán ganado el cielo y, además una satisfacción personal que no la paga ni Mastercard, porque se disfruta muchísimo viendo esas caritas de alucine. 



Sed felices.

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